miércoles, 3 de febrero de 2010

PATOLOGIA


La patología producida por los parásitos adultos consiste en nódulos subcutáneos llamados oncocercomas. Estos están formados por 3 par-tes, una cápsula fibrosa periférica, otra interme-dia fibrosa y celular vascularizada y en el centro los parásitos enrollados. Después de muerto el parásito, el nodulo se vuelve más fibroso. La localización de las nodulaciones va-ría en las distintas zonas endémicas; en América predominan en la cabeza y en el tronco, mientras que en Africa tienen cierta predilección por la región pélvica, muslos y brazos, aunque se en-cuentran en cualquier parte de la piel. Por acción de las microfilarias y posiblemente por mecanis-mos alérgicos, se produce dermatitis, alteración
de la pigmentación, hiperqueratosis, paquidermia, eczema, atrofia cutánea y fibrosis. Alrededor de las microfilarias muertas se forma un granuloma o un infiltrado de eosinófilos. En sangre circulante se puede encontrar entre 15 y 50% de eosinófilos. Las microfilarias invaden los ganglios linfáticos que se vuelven fibrosos y la obstrucción linfática, con linfadenitis, puede causar hipertrofia de los tejidos y raramente elefantiasis. En la región inguinal se observa, en algunos casos, un crecimiento colgante.
Las microfilarias tienen una tendencia a in-vadir el globo ocular y producen patología oftál-mica muy variada, que finalmente pueden llevar a la ceguera. El compromiso principal se encuen-tra en el tracto uveal y cámara anterior. La patogenia de las lesiones oculares se atribuye a la acción directa de las microfilarias, a los produc-tos tóxicos liberados al morir éstas y a reacción de hipersensifiilidad. En la conjuntiva producen infiltrado de plasmocitos y eosinófilos, así como cambios vasculares. Las microfilarias muertas en la córnea causan opacidades y cicatrices y también pueden producir iridociclitis no granulomatosa.

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